Wednesday, February 07, 2007

Historia de una taza de café

Vaya mezcla de recuerdos.... como repasé hace poco, el olfato es de los sentidos, el que tiene mayor poder de emular un instante concreto de la memoria. Y al percibir el sabor y el olor de un café turco cuyo grano es cortesía de Héctor por su viaje a Serbia... regreso a tiempos que ahora me parecen tan lejanos, e historias que parecen tan ficticias.

De repente me encuentro, transportado por este aroma, en la recepción del departamento de neurología en el hospital universitario de Belgrado, y en ese instante, miro el sillón acojinado y forrado en imitación de cuero, color verde oscuro... en mi mente veo perfectamente lo que pensaba "Ha comprado los boletos de avión hoy... realmente vendrá.... no acabo de entenderlo.. pero me alegro"

Mi pensamiento como ya es obvio para los que conocen esta historia, se refería a Clara, quien momentos antes me había expresado su decisión ya tomada de ir a visitarme al en ese tiempo lejano México.

Ahora es la textura, el tacto mismo de los granos asentados en el fondo de mi taza, las que despiertan sensaciones que me engañan repitiendo patrones que viví antes, ahora es el tacto fino de cada pequeña parte del brebaje que me tienen sentado tomando mi último café en belgrado, después de la asamblea, después de las aventuras con las chicas de la delegación de Italia, y con la secuestradora de mis documentos María. Y agregado al sabor amargo del raspar mi cuchara contra el borde, voy mirando mi asiento en el vuelo belgrad-paris-paris-mexico-mexico-monterrey ideando estrategias para dejar todo listo en 10 días que me separan de su llegada a mi ciudad natal.

"Gera! pero que no soy la embajadora ni la reina de españa... "

Más importante... respondía invariablemente.

Me pongo de pie para servirme más, y mi mirada se posa sobre el sofá grande, cubierto de cojines... y por un momento deseo que sea como en las películas, que recordando el día en que debió de quedarse forzosamente en mi casa la vea recostada cómodamente en ese sitio, cubierta en mantas y exhausta, sonrío, no hace falta, la imagen persiste en mi mente.

Y entonces las cosas a mi alrededor se van encadenando sin que pueda apenas protestar conscientemente para dejar de ser un simple expectador. Y miro lo que ha pasado estos meses de mi aparente ausencia, estos meses de viaje, de desconección y conocimiento.

Me miro saliendo en el viaje peor preparado de la historia, en el aeropuerto de monterrey, completamente solo, llevado gracias al favor de un gran amigo; tengo los boletos justos para olvidando una espera de 6 horas en cancún, estar en mi destino. Todos los instantes tediosos en espera, al remembrarse se empequeñecen, y siento la emoción de nuevo de llegar a mi destino, de ver aquel mar mediterráneo, gélido y otrora caluroso .


Una cara familiar a mi llegada, Carmen, tan linda ella siempre, una amor de mujer, preguntando que tal el viaje, explicando que Clara se encuentra aún en la universidad, y como no podía ser de otra manera interrogando si había comido bien. Mirando hacía la ventana, recordaba traspasar ópticamente el cristal de la entrada en la cafetería de Bellvitge... reconociendo un grupo de sonrisas femeninas, y la suya de Duchenne tan característica.

Lo cual me trae al brillo metálico del borde de mi vaso, un brillo igual pero menos soprendente al de su gesto. En esa sonrisa se pierden como vorágine el mes y medio que viví... en memorias confusas mientras me sostengo con la mano derecha al borde, y se mezcla noche buena - navidad - año nuevo - reyes (con todo y su cavalgada), fiesta, tranquilidad, estudio... estudio intranquilo hasta altas horas de la noche.. y risas.. muchas risas transparents cristalinas y a borbotones.

Asì pasé los meses de diciembre y enero, mucho que vivir pero poco que contar... ¿porqué? porque los sueños solo nos dejan un vago recuerdo al despertar, donde las acciones se mezclan, los hechos se vuelven meros caprichos de la mente, y lo único profundo que persiste son las emociones, el ansia visceral al despertar en lo mas ambiguo y preciso que consiste una incertidumbre segura.

¿porqué? porque no se puede contar una vida en palabras sin tardar otra en hacerlo....

Se vuelven momentos en la mente que se despiertan al aroma de una taza de café...

arroz