Por ahora debo confesar, que he estado evitando la inevitable tarea de actualizar a la red y desfogar un poco mis vivencias, casi la totalidad de la culpa la tiene la pereza, pero también la impotencia de recordar y vivir todos los días, tonterías con sentido que me gustaría dejar constancia y que son demasiadas.
En fin, ahora casi a punto de finalizar mis andanzas por tierras catalanas, andanzas en el límite de lo legal (3 meses en Europa), me voy contento y con muchas esperanzas de que mis cruces por océanos que me quedan (los totalmente necesarios) se puedan contar con las manos, y me voy con varias expericncias super super catalanas
En primer lugar, porque es lo más importante, he formado parte de una familia grandiosa y extensa, con costumbres que vienen de todo un cruce de culturas entre sitios de España y Cataluña, he jugado a los cochecitos en catalan y aprendido de un viejo diccionario de "extremeño" y hasta he sido mencionado con adjetivos inmerecidos en un blog 100% catalán.
Acabé el objetivo (o la excusa principal) de mi viaje, el acceso al posgrado en un proyecto que me agrade en una universidad con más posibilidades para mí.
Y luego viene lo que en realidad es más importante pero le doy vueltas para quitarme la vergüenza o no sé qué; el hecho de pasar tiempo con vosotros sabeis quien :P y de ver su rostro sorprendido por una rosa y un libro a primera hora del día de Sant Jordi, besos y más cosas que no le interesan a nadie y que leerlas aburre a todos menos la interesada... y esta adivinanza es muy Clara.
Ahora hablemos de lo que me había propuesto hablar en verdad, jaja de lo divertido, ayer fue un día, catalán catalán.. no solo tuve oportunidad de ver a unos Castellers ( http://www.http://es.wikipedia.org/wiki/Casteller ), sino de ser parte de la pinya, aunque se nos cayó la niña de la punta. Luego estuve con los correfocs, con el más grnde que molins de rei, que se llama Entxuscat, y de la nada era parte de los que arrastraban un dragón, con una comitiva de pequeños enanos que se empeñaban en hacerme tropezar.
Para el gran final, el momento en que encienden la pirotecnia montada en las alas del dragón y donde al idiota de mi que tiene como imán para problemas (sobretodo si tienen que ver con el fuego) y me caen encima las llamaradas completas, con chispas y mechas... . asi. yo creo que he pasado un bautizo de fuego. en este penúltimo viaje en mucho tiempo me ha pasado por fuego en muchos aspectos, y bajo riesgo de tener quemaduras por creerme a salvo, me parece que ahora solo me resta quitarme algunas cenizas.
