Wednesday, October 05, 2011

La chica del tren ... Madre...

Aguanto el calor insoportable de la estación Plaça Catalunya con la chaqueta puesta, por la pereza de deshacerme de ella y la creencia (posiblemente infundada) que es nueva y se me ve bien, mientras suena por mis auriculares los estudios de piano de Chopin (recientemente he empezado a volver a escuchar música clásica). Es tarde, más tarde de lo que cualquier jornada laboral debería de ser.

Para escapar del infierno subterráneo y disfrutar de una noche fresca, tomo el siguiente tren con destino L'Hospitalet a sabiendas que me espera un trasbordo, precio a pagar por el aire fresco que antes me acariciaba bajando de Mundet y que fue el que me convenció de ponerme la dichosa chaqueta verde.

Si hay pocas ventajas de ir tan noche en tren, la mejor de ellas es que siempre encuentras sitio, los vagones van medio vacíos, con asientos repartidos entre borrachos y gente sin rumbo; con aquellos que ya han disfrutado sana o insanamente de la ciudad. Como electrones en una nube de valencia, los humanos siempre buscamos ocupar el mayor espacio posible, y si hay asientos vacíos que no sean del grupo de 4 de los que se ven cara a cara, ocuparlos es casi una obligación social no escrita.

Así tomo mi lugar en los asientos plegables, que dan de cara al grupo de cuatro que he hablado antes. En ese asiento, una ocupante y un carrito con un niño que parece dormir plácidamente y un tatuaje falso semiborrado en su pierna izquierda (pitufos? bob esponja?).

Quien llama la atención es la madre, cara redonda pero bonita, y unos labios perfectamente pintados de un rojo tirando a rosa brillante; pelo rubio, recogido de una manera poco cuidadosa y vestida con innegable sencillez, una camiseta sin mangas escote en U de color gris y pantalones de deporte negros que le permiten estar cómoda con su abultado vientre, ah sí, olvide decirlo, una chica embarazada.

Yo, como si estuviera ante un espectáculo no dejaba de comer mis palomitas que constituían mi cena, mientras pensaba en aquella chica que no podía tener más de 23 años que llevaba 2 vidas a cuestas por el tren, una de ellas alimentándose de su cuerpo. Piel blanca y un aire de inocencia con que miraba a numerosos sitios.

Innegable, me estaba mirando, fijamente, sin cabida de error alguno. Primer pensamiento, son mis palomitas, me ve comer, ha olido el aroma que desprenden calientes y he provocado un antojo de embarazada.

Pero vuelvo a poner atención, algo no va bien, movimientos muy rápidos, nerviosos, no parece dejar la mirada fija, me vuelve a mirar fijamente pero parece que no puede evitarlo. Mira acto seguido la otra ventana, mira su vientre, se toca como para mostrarme "Llevo una vida a cuestas estoy embarazada que guay!", pero no sonríe, su mente parece confusa y se mueve inesperadamente en el asiento.

Miles de ideas cruzan por mi mente, muchas de ellas el fastidioso ejercicio del diagnóstico diferencial, desde lo más sencillo hasta cosas rebuscadísimas dignas de un episodio de House. ¿Tiene un antojo incontrolable por mi cena? ¿tortícolis, ganas de ir al lavabo (durante el embarazo hay una presión aumentada sobre la vejiga lo que se traduce en poliaquiuria), trabajo de parto prematuro, síndrome de la Tourette, alguna psicosis no diagnosticada?

Me vuelve a mirar sin miedo a ocultar que lo hace y yo en un acto reflejo le ofrezco de mis palomitas. Esta vez si que hay sonrisa, de alguien que entiende un gesto pero no las palabras ni la intención, y de todas maneras se niega.

Pero ahora tengo una sensación más, es una inmigrante, de eso no cabe duda.. pero ¿de dónde? parece de europa del este o incluso de alguna república soviética. Unos segundos después me da más información

- "pardonna.. ¿el leo spitalaat?"
- Lo siento, ?dime?
- Ospitalát
-¿L'hospitalet? Es la siguiente
- ¿seguiente?
- La próxima
- A prroxima, ben, gracias

Acento extranjero sin duda, y la conversación acaba allí.

A partir de ahí un pacto tácito, me he dado cuenta que fijará la mirada en un montón de puntos y en alguno de ellos estaré yo, guardo mis palomitas, ambos sabemos que ahora es mi obligación ayudarle a bajar del tren con su hijo en el cochecito.

El tren disminuye su velocidad y el altavoz suena su cantaleta habitual "aquest tren finalitza el seu recorregut en aquesta estació"... me hace una seña, entiendo perfectamente como si me lo dijera en el idioma de Cervantes: "podría hacerme el favor de coger el cochecito por la asidera de la parte anterior para poder bajarlo del vagón, con cuidado para no despertar a mi niño, lo haría pero como ve señor, estoy en estado"

Gesto entendido y bajo, y me quedo con ganas de saber más, de decirle, "Soy médico, mi curiosidad es científica, ¿te encuentras bien?, ¿sabes a donde vas?, ¿alguien te espera?". Reparo en 2 cicatrices que tiene en el cuello, notorias en su blanca piel, de unos 2 cm y medio de diámetro, forma circular pero bordes irregulares, preguntas afloran en mi mente : ¿maltratro?, ¿huellas de guerra, de su escape de su país natal?. Intento hacer lo que la sociedad siempre hace, callar las dudas y mirar a otro lado, se ve bien alimentada, y me sigue chocando el contraste de lo cuidado con que se pinta los labios, con lo sencillo de todo el conjunto.

Camino rápidamente para no incomodarla y no piense que intento nada, camino sin haberle dicho una palabra, pero de reojo voy mirando como sale de la estación. Al final veo que va sonriendo sin pausa, espero haya visto una cara conocida, espero sepa que va a hacer esa noche y que todo estará bien.

Horas antes, mientras hacía mis experimentos escuchaba un análisis de la discusión entre los filósofos ilustrados Jean-Jacques Rosseau (nombre con muchas vocales no pronunciadas) y David Humme; y en la continuación de los temas que desarrollaban hablaban de los límites del conocimiento, de los límites mismos de la razón.

Decían que había varias fronteras, en las más altas estaban hechos y conocimientos únicos que escapan a la lógica (un ejemplo simplista son las paradojas, otro más sofisticado matemáticamente son los tipos de enunciados vislumbrados por Gödel), en una barrera un poco más cercana están los conocimientos que quizás existen por ahí, pero que nuestra mente no tiene la capacidad de verdaderamente "entender" todo lo que está sucediendo (como quizás es la situación en una gran parte de procesos biológicos y sociológicos).

Pero finalmente había otro límite de la razón mucho más cercano y para mí mucho más molesto de darse cuenta que existe, el límite del mero azar, o la estocasticidad de los eventos; a todo efecto, jamás sabremos cosas como :  ¿cuántos granos de sal puse en la comida de hoy? ¿había 3 personas en el metro esta mañana que tuvieran el mismo apellido?, conocimientos tan accesibles pero tan imprácticos y tan poco redituables, y sin embargo son las mismas barreras que nos impiden saber como se originó la vida en la tierra: quizás no tengamos suerte y las evidencias necesarias para saberlo simplemente desaparecieron.



Y es ese tipo de sentimiento el que me da el no saber más de la historia de esa mujer del tren, el no saber de dónde viene ni a donde va y quien se preocupa por ella; el no saber si tenía sueños de algo, o si posee un talento innato para la música que nadie nunca descubrió; si tiene algún trastorno mental, si en el fondo quería ser lesbiana... si es feliz, ...

Para ponerme un poco a tono con el universo, he creado una pieza más que escapa al límite del conocimiento de ella... ella se bajó del tren, y no sabe que el extraño que ayudó a bajar el coche de su hijo la ha dibujado primitivamente.


Tuesday, September 06, 2011

I'm a Doctor (ok.. I'm an MD)

Todos los días paso por el Hospital Clínic i Provincial de Barcelona, de camino a mi trabajo actual (doctorando en biomedicina...), y me refiero a que lo atravieso y me empapo de sus pasillos.

En mi memoria los hospitales son amalgamas de arquitecturas disimiles que fueron amontonándose para ofrecer cobijo a los enfermos, invariablemente hay chapuzas, pegotes y recuerdos por mantener lo que fue en la modernidad de la medicina de hoy; pero curiosamente es el único tipo de Hospital que he conocido y en el cual he vivido muchísimas cosas.

Así pues, tengo que confesar que pasar por los pasillos del Clínic me da cierta nostalgia y me trae recuerdos de mis andanzas por mi (ahora parece lejano de verdad) Hospital Universitario de Monterrey, es curioso como los hospitales traen recuerdos agridulces incluso para los que nos educamos ahi.

Para mí un hospital es el sitio más interesante que puede existir, el completo del drama humano se desarrolla entre sus paredes. ¿En qué otro edificio hay gente naciendo y muriendo a la vez?.. y tras sus cortinas, existe una comunidad humana que vive con sus problemas, preocupaciones, pero también mucha complicidad, risas, insinuaciones sexuales... (a veces no insinuaciones sino prácticas.. jaja) es como un big brother que se monta.

Aunque es tabú, se tiene que admitir que la bata blanca te da una sensación de poder acojonante; pasearte por esos pasillos sabiendo que sabes más de los cuerpos de las personas que ellas mismas, es un conocimiento que fácilmente se te puede ir a la cabeza o te puede hacer perderla.

Aún así, trabajar en un hospital te hace sentirte útil, y por eso haré una recopilación en un tono bastante menos serio de los diagnósticos de los que estoy orgulloso de haber participado (y en algunas ocasiones hecho por mi mismo):


El "desjuerzado"

- Hora: 6:50 AM
-Lugar: Urgencias

Tengo la teoría de que no importa que chingados vendas u ofrezcas.. si lo haces en un horario incómodo SIEMPRE vendrá un cliente a pedirte lo más complicado de encontrar, fabricar o preparar justo 5 minutos antes de que termine tu turno....

Pues en los hospitales y sobretodo en urgencias es 1000 veces peor, porque no hay ni como hacerte el que se acabó o que venga mañana.

Esta historia es una de esas, sentado en triage, esperando acabar los exámenes de mis otras camas a mi cargo en urgencias; llega la señora arrastrando a un joven en silla de ruedas. Si llevas ya un tiempillo pasar gente en urgencias, como buen ser humano que eres, empiezas a hacer estereotipos y esta señora cumplía completamente el de la madre histérica.

Para empeorar las cosas, el paciente estrella tenía una pinta más mala que una cerveza caliente; tatuajes de prisión, con el peinado que no se sabe ni como le puede crecer a un ser humano así, y la fisionomía de esos tipos de la calle que estás seguro que no los matas ni de 3 balazos y que si te escupen te intoxicas de heroína.

Eso supone un gran problema, verán, las drogas son divertidas, pero no cuando tienes que jugar a la ruleta de "adivina con que chingados adulteraron el chute de este tipo que parece hecho de plastilina...".

El internista se pone de pie, lo mira, hace el mismo diagnóstico estereotipado y pide lo mandemos a observación. 

Me acerco, pulso, presión arterial, auscultación cardiaca, pulmonar. Algo no cuadra

No  hay cambios pupilares, los reflejos están muy disminuidos o abolidos pero de manera más pronunciada en las piernas

Con mi voz más calmada posible (que sabiendo que te vas a tener que currar oootra media hora extra aparte de las 16-18 que ya llevas te es muy difícil contenerte), te diriges a la madre:

¿qué fue lo que le ocurrió?
-(en una voz casi ininteligible en un español mexicano acentuado confuso) no postabasi luego desjuerzado

¿Cómo?
-sistabasi too desjuerzado

(obviamente)

Recordando mi única experiencia hasta ese momento de investigación acerca de los efectos de la Karwinskia Humboltdiana, le pregunté:

¿cómo empezo?
-postabaside que... primerolaspatas.. luegolaspiernas.. luego parriba.. parriba.. aoritanomue ni el cuello.. ta too desjuerzadooo ayudeloooo

Oye Muñoz... es un Gullián-Barré.. y esta cabrón.. que le vigilen la función respiratoria..

Mi primer diagnóstico neurológico :D (para los lectores que sean médicos.. que no sé si quedara alguno.. saben perfectamente que no es tan difícil y que era un caso de libro.. pero bueno... a mi me emociona sobremanera descubrir algo y desentrañar un misterio)


... Epílogo...

Pasé mi guardia casi 1 hora después de lo que debía.. y transnochado y cansado le digo al compañero que se encarga ahora del paciente: "vigílalo bien, te caerá en paro respiratorio en un par de horas, de hecho insiste para que lo intuben"...

Bajo a desayunar, con algún rezagado más de la guardia..

A mi salida , "HEEEY NO ESTA RESPIRANDO... INTUBAAAAR"

bua.. todas las historias son agridulces... me gustaría decir que me ahorre la bronca y salí caminando con la frente en alta, pero fui con mi compañero a decirle:

"no te dije cabrón?"

Todos tenemos que aprender... 

Wednesday, August 24, 2011

Conversaciones Imaginarias

Sí, es un hecho, el blog está pensado para poner cursilerías y el día de hoy me apetece hacerlo.

Muchos hombres tenemos miedo a parecer menos masculinos por considerar el futuro, por considerar cosas como la paternidad y perder ese glamour de "rebelde que no va a tener familia ningún día..." pero la verdad esque pensamos un poco en aquellas cosas, aunque no quiere decir que queremos que pasen pronto. Así que escribiré lo que alguna vez he imaginado que me gustaría contarle a un imaginario hijo, tendrá que ser (insisto) imaginario para aguantar el tamaño rollo que pienso echarle. (para el presente texto, imagínenme con el cabello gris, una chaqueta de esas con parches en los codos y hablando con una pipa en la mano sentado en un sofá).

Así pues, le diría:

"¿Sabes hijo?, este es un mundo jodidamente complejo, contiene tantas y tantas cosas que nunca llegaremos a comprender, y aún así podrías pasar una vida estudiando una mota de polvo sin acabar de expresar todo lo que puede contener.

En este pequeño planeta en el que vivimos, hay al menos unos 7 mil millones de personas, si pudieras decir cada uno de los nombres de la gente de esta Tierra, y tardaras un segundo en cada uno, te tomaría más de 200 años, y para entonces ya habría mucha más gente nueva que nombrar.

Lo más interesante de este desastre cósmico, es que no sabemos bien de que se trata todo esto. Habrá quienes te digan que saben de que van y tienen todas las respuestas; pero la única respuesta que puede ser honesta es que no sabemos; que lo más posible es que la vida no tenga un sentido o una finalidad. Y por más convencidos que parecen de sus ideologías, de sus creencias, de sus mitos y de sus conjeturas; nadie tiene las respuestas.

¿Suena descorazonador eh? Y sin embargo no lo es, nos da muchas posibilidades, porque primero quiere decir que no eres inferior a alguien, que todos estamos aquí a través de nuestras vidas tratándo de entender como van mejor nuestros esfuerzos en la realidad que nos construimos.

¿Suena frío y nihilista? (nihilista quiere decir más o menos que eres un pesimista que cree que nada vale la pena hijo) Pero si lo piensas, no hay mejor noticia que esa, nadie te ata, nadie puede mandarte y nadie tiene autoridad para decirte lo que es bueno, ¡pero eso no quiere decir que no hayan cosas buenas y que no hayan cosas reales!

Cada conexión con un ser humano es un milagro en el verdadero sentido de la palabra, cada idea intercambiada implica que coinciden 2 masas de pensamientos, ideas, sueños e ilusiones que existen en una pequeña parte del universo que decidió hacerse consciente de si misma utilizando una complejidad biológica inescrutable.

Más allá del hecho de coincidir, cada uno de nosotros contiene una cadena ininterrumpida de genes que nos hacen hermanos de todos los seres vivos, incluso algunos que no puedes ver, una mitad de ti fue alguna vez un óvulo en el cuerpo de tu madre. ¡qué estuvo ahí desde su nacimiento! al igual que ella lo fue de su madre, y ella de su abuela... hasta el principio de la reproducción sexual, eres el resultado cambiante de una cadena de personas... ERAS y ERAS atrás.

Poder comunicarte implica que tu cerebro puede hacerse un modelo de la realidad, que tus cuerdas vocales funcionan, que la otra persona puede escuchar, que se ha desarrollado un lenguaje común y que ambos lo conocen lo suficientemente bien como para poder coincidir en las ideas.

En un plano aún más complejo, lo que dices forma parte de un propio aspecto de la realidad en si mismo, tus palabras pueden herir, pueden destrozar, pueden curar, confortar y enamorar; pueden ser el resultado de un razonamiento impoluto o pueden ser un arranque emocional, incluso haciendo los mismos sonidos, las variaciones pueden implicar toda una avalancha de consecuencias que van más allá de ti.

Y todo esto es solo hablar, decir algo, ¿imagina lo que es contactar con alguien!, piensa en la maravillosa exclusividad de sentirte identificado tanto con una persona para querer rodearte de ella; piensa en lo raro y precioso que resulta que dos sujetos que no tenían porqué existir necesariamente, puedan llegar a conectar de una manera a tantos niveles que sus propias funciones se acoplan y una visión del mundo se comparte.

El mundo es jodidamente complejo, pero esto no es malo, solo quiere decir que tenemos que abrir los ojos y ser curiosos con lo que nos rodea, y entender que una mera sonrisa es un milagro de la existencia... ahora, ves a jugar..."

Saturday, August 20, 2011

ERES

Y tu… ¿quién eres?

Años atrás (en los 90), esa cortísima frase se utilizaba como slogan para una de esas revistas de adolescentes en México (las que después mutan a revistas de chismes o “del corazón). De hecho, se convirtió en un meme mexicano pre-Internet que causaba algunas risas.

Lo curioso de todo esto, es que sin querer tintar este blog más de filosofía barata (de la cual esta bien manchado), resulta ser una de las preguntas más importantes que nos podemos hacer.

Tú, ¿Quién eres?, la mitad de la filosofía y de las preguntas realmente profundas de la vida surgen de esa cuestión.

Poco después de que nacemos nuestros padres nos otorgan una etiqueta que será nuestro nombre (a algunos nos gusta y a otros no) para identificarnos y poder definirnos a nosotros mismos. Nuestro nombre tiene la historia de 2 generaciones para que recordemos de donde venimos.

Pero el nombre puede cambiar, más fácil o difícilmente dependiendo de la legislatura de donde vivas y es evidente que responder que somos nuestro nombre es desviar la pregunta y responder a como nos llamamos (o nos llamaron)

Así que no somos fácilmente definibles, somos una masa de recuerdos y pensamientos que cree que siguen un hilo en común; somos también en parte lo que nos van definiendo nuestras acciones, así pasamos a decir: yo soy niño, yo soy estudiante, yo soy médico, etc.. etc..

Entonces quizá el saber quién eres no es tan diferente a saber quién quieres ser, y ¿sabéis qué?... todos los días hay una nueva oportunidad para ser quien quieras.


Y tú, quién eres?...
Yo, sigo buscandolo